miércoles, 17 de abril de 2024

El cambio climático ya llegó a nuestro hogar

Cuando pensamos en qué lugares son vulnerables al cambio climático, generalmente pensamos en lugares alejados, digamos pequeñas islas en el Pacífico o en Indonesia. Por qué menciono estos lugares, porque están lejos y no vemos que podría ser nuestro propio hogar. Es más no pensamos que ya estamos siendo vulnerables a los efectos del cambio climático.
Recientemente, leí un artículo en el periódico The Economist que analiza las consecuencias para nuestros hogares del cambio climático. Como es de esperarse este periódico se enfoca en aspectos económicos y señala que alrededor de una décima parte del valor de las propiedades residenciales del mundo está amenazada por el calentamiento global, incluidas muchas casas que no están cerca de la costa. En nuestro país, el huracán Otis afectó Acapulco y la zona costera; pero cada día conocemos de un mayor número de eventos que eran raros y ahora son más comunes. Por ejemplo, hace algunos años las granizadas en el centro del país o la sequía que está afectando a gran parte del centro del país o los incendios forestales. Todos estos fenómenos, aunque aparecían en el pasado cada vez son más frecuentes o más intensos.

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Según la estimación de The Economist, el cambio climático y la lucha contra él podrían impactar con una reducción del 9 % del valor de las viviendas en el mundo para 2050, esta cantidad es una enorme factura que pesa sobre la vida de las personas que pudieran ser ustedes o sus infantes o jóvenes. La verdad que esta población de edades pequeñas no ha usado la energía en la forma en la que nuestras generaciones las han usado; pero tendrán que pagar por nuestra irracionalidad.
Hoy en la zona intertropical, como la zona del centro y sur del país, está viviendo sequías más frecuentes y prolongadas, lo que puede afectar la disponibilidad de agua para consumo humano, agricultura y otros usos. Adicionalmente, si se contamina con hidrocarburos en las ciudades, la problemática del agua se agudiza. Las sequías también pueden provocar incendios forestales y, por ende, degradación del suelo. Las variaciones en los patrones de lluvia y las temperaturas extremas pueden afectar la producción agrícola, lo que podría llevar a la pérdida de cultivos y a la inseguridad alimentaria. ¿Te has preguntado de qué lugar vienen los alimentos que compras cotidianamente? Lo más seguro es que su producción se esté viendo afectada por las sequías o las heladas. En particular, en Cuernavaca, ciudad donde vivo, la diversidad de leche ha cambiado y no se tiene la disponibilidad que había hace algunos años. Adicionalmente, los precios de productos agropecuarios, como el limón, se han incrementado recientemente. Este tipo de fenómenos se está observando cada vez más frecuentemente. En México, ya se están anunciando las olas de calor para estos meses de abril y mayo. Al momento de escribir esta nota leo que hoy (lunes 15 de abril) se registró un récord de temperatura en el Observatorio de Tacubaya de 34.2 C. Estas olas de calor, además de las incomodidades para las personas pueden aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor y afectar la calidad del aire, lo que podría exacerbar problemas respiratorios y cardiovasculares, especialmente para los ancianos, los niños y las personas con enfermedades crónicas.
En esta época del año padecemos sequías, pero en el verano observaremos inundaciones. En los años recientes la lluvia torrencial ha aparecido en muchas poblaciones del centro del país o de los países de América Latina de la zona intertropical provocando malas cosechas o migración. Estas inundaciones dañan viviendas, infraestructura y cultivos, y también pueden desplazar a las personas de sus hogares.
El cambio climático también puede exacerbar problemas de salud existentes, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Además, puede aumentar la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y la chikungunya. En estos aspectos en América Latina compartimos los efectos del cambio climático que son diferentes para las zonas templadas o mediterráneas; pero también podemos compartir soluciones.  
En los países del norte global, las aseguradoras suelen cubrir los costos de las reparaciones después de que una tormenta o incendio afecta o destruye una propiedad; pero en nuestros países la adquisición de seguros no es algo que pueda hacer la mayoría de la población, ya que no tiene la solvencia económica o la costumbre de hacerlo.
Si nuestro hogar es de nuestra propiedad, ¿podemos adecuar su construcción para sobrepasar algún evento extremo? o si rentamos ¿podemos soportar sin alterar nuestras actividades estos eventos o seleccionar viviendas que los soporten? Los eventos pueden ser como los que hemos señalado: inundaciones, falta de agua, olas de calor, invasión por insectos no comunes en la zona, etc.
Desde mi perspectiva, estas acciones de mitigación requerirán dinero y más energía. Sin embargo, esa energía tiene que provenir de fuentes renovables. Debemos exigir a las autoridades el diseño e implementación de políticas y acciones que puedan resolver estas cuestiones en nuestras colonias o barrios.
Los gobiernos pueden resolver estos problemas convocando a la acción colectiva mediante la construcción de infraestructura, y deben hacerlo en todas las ciudades o poblados, estamos en una situación donde la inversión puede ser mucho menor que los pagos de no hacerlas. El cambio climático ya llegó a nuestro hogares, reitero, necesitamos modificar nuestras actividades productivas y cotidianas buscando la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables.

Este artículo fue publicado el día 17 de abril en el periódico La Unión de Morelos

miércoles, 10 de abril de 2024

Eficiencia energética e instalación de renovables tareas urgentes

La pasada COP 28 no fue tan contundente en declarar que estamos en la fase salida de los combustibles fósiles y suavizó su declaración para concluir que estamos en la transición a la salida de los combustibles fósiles; en nuestro país parece que muchas personas elaboran argumentos para justificar que no iniciemos esta transición a la salida de los combustibles fósiles. Por supuesto, considero que nuestros esfuerzos deben dirigirse a encontrar las diversas forma de cómo sí salimos de los combustibles fósiles.

Imagen generada con inteligencia artificial mediante al frase "In the detailed style of Anksty, from the sky view , depict a young woman with an air of determination ascending a weathered stone staircase built into a colorful brick wall. Atop most roofs, sleek photovoltaic panels shimmer in the sunlight, creating a unique urban landscape." en leonardo.ai

La COP 28 me dejó un mal sabor de boca, pero más me ha dejado sorprendido la búsqueda de alternativas diferentes a las fuentes renovables por parte de un sector de la comunidad energética mexicana. Esta sorpresa me desconcierta más cuando en el resto del mundo las estrategias apuntan principalmente a las renovables. 
Para fundamentar esta afirmación revisemos un informe de IRENA (la Asociación Internacional de Energías Renovables) que plantea que vivimos un momento histórico para la transición energética global, ya que la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) acordó, al menos, abandonar los combustibles fósiles, triplicar la energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030. Este compromiso considera los objetivos y proyecciones del Escenario de 1.5°C de la Perspectiva de Transiciones Energéticas Mundiales de IRENA. Con estos compromisos se alinea al mundo con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C de la era preindustrial. Este informe proporciona los últimos datos de seguimiento y análisis del progreso global hacia el objetivo de triplicar la capacidad mundial de energía renovable a más de 11 000 TW para 2030, y describe los facilitadores clave y las acciones prioritarias necesarias para lograrlo. Es más, nos informa el paso sostenido que en el mundo está dando en la instalación de fuentes renovables, ya que pasó de un 20 % instalación de nueva capacidad renovable en 2003 a un 86 % en 2023. Es decir, las adiciones de plantas generadoras de energía renovable eran solamente un 20 % de todas las nuevas capacidades hace 20 años y en el año pasado fueron cuatro veces más indicando un verdadero cambio. En México estamos muy lejos de estos números. A pesar de las adiciones récord en el mundo de capacidad de energía renovable, el progreso en la transición energética es insuficiente; especialmente si consideramos la necesidad de triplicar de la capacidad de energía renovable para 2030, el desarrollo del transporte público eléctrico y la opción de electrolizadores para la producción de hidrógeno verde. Considero que, en particular en nuestro país, el transporte se realiza fundamentalmente por carretera y no se está electrificando a la velocidad necesaria. Las inversiones en trenes, tanto de pasaje como de carga, son necesarias, pero se debe aumentar el ritmo de inversión sustancialmente dedicado a la electrificación. Los transportes públicos en las zonas urbanas mexicanas dependen en su gran mayoría de vehículos emisores de gases contaminantes y de efecto invernadero, los gobiernos locales deben fomentar la electrificación. Las personas poseedoras de las concesiones obtendrán mayores utilidades con ventanas entre los cinco y diez años, pero requieren de financiamiento. En esta dirección se pueden apuntar los esfuerzos gubernamentales en sus gestiones con la banca.
IRENA señala que para triplicar la capacidad instalada de energía renovable para 2030 se requiere un aumento significativo de las capacidades de almacenamiento de electricidad, es decir, se requieren baterías. LitioMex es una posible fuente de crecimiento para nuestro país, pero ya se están comercializando las primeras baterías de sodio. Sí, baterías hechas con un material que para obtenerlo no se requiere de una actividad extractivista altamente contaminante como la minería del litio. En esta dirección se pueden apuntar los esfuerzos en investigación y desarrollo de los materiales en nuestro país.
Comparto la opinión de IRENA cuando señala que la industria de las energías renovables se enfrenta a importantes desafíos. Los crecientes costos de financiamiento y los problemas de la cadena de suministro afectan el desarrollo de esta industria. Por ejemplo, el sector eólico ha enfrentado reveses debido a que las subastas continúan centrándose demasiado en la reducción de precios, sin considerar los aspectos sociales. Los diferentes niveles de gobierno pueden analizar estos aspectos y definir políticas de fomento que involucren los aspectos sociotécnicos y ecológicos de las diferentes regiones. No se trata de considerar solamente el suministro de energía, sino de verdaderamente promover el bienestar social.
En este sentido, me sorprende el que en nuestro país se festeje la compra de plantas antiguas de ciclo combinado en lugar de instalar plantas renovables en concordancia con las capacidades de nuestras diferentes localidades y regiones.
Los datos que comparte IRENA indican que en otros lugares están invirtiendo para satisfacer las necesidades energéticas de sus regiones, mientras que en nuestro país estamos dejando pasar la oportunidad de aprender y construir en el camino de la transición energética. Necesitamos abandonar los combustibles fósiles, triplicar las renovables e incrementar la eficiencia energética. Necesitamos actuar o llegaremos tarde y quedaremos como meros espectadores del cambio sin la correspondiente apropiación social y sin la posibilidad de construcción de soluciones verdaderamente idóneas a nuestros entornos.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 10 de abril en el periódico La Unión de Morelos

miércoles, 3 de abril de 2024

Insisto: transitar a una sociedad postpetróleo es urgente

Hace algunos días proponía que era imperioso cerrar refinerías e instalar sistemas fotovoltaicos descentralizados y distribuidos por las diferentes regiones en México; pero también en el resto de los países de América Latina. Algunas personas se indignaron por esta propuesta, alegando que las refinerías de petróleo se utilizan para muchas otras cosas. Tienen razón las refinerías también procesan diferentes materiales, pero en la actualidad están destinadas principalmente para producir combustibles. Ya desde hace algún tiempo he dicho que no me opongo a que extraigamos el petróleo, lo procesemos, pero no lo quememos . Hoy quiero enfatizar estos dichos. 

Imagen generada con inteligenci artificial mediante la frase "Image of happy people walking towards a natural and beautiful Latin American city" en leonardo.ai

Debe quedar claro que desde el punto de vista energético la generación de electricidad mediante fuentes renovables es una meta a seguir y es urgente. También es evidente que el actual modo de vida necesita muy diversos materiales que provienen del petróleo y son producidos en estas refinerías.
Por supuesto que en una refinería se obtienen materias primas para la producción de una amplia variedad de plásticos, que se utilizan en envases, juguetes, muebles, dispositivos electrónicos entre otros usos. También muchos ingredientes activos en medicamentos provienen de derivados del petróleo. Ingredientes como parafina, vaselina, aceites minerales y otros derivados del petróleo se utilizan en la fabricación de productos cosméticos y de cuidado personal como cremas, lociones, entre otros. Algunos productos químicos derivados del petróleo se utilizan en la fabricación de fertilizantes, que son esenciales para la producción de alimentos. Muchos detergentes y productos de limpieza contienen ingredientes derivados del petróleo, como los surfactantes. La industria textil, también, utiliza productos derivados del petróleo en la fabricación de materiales sintéticos como el poliestireno, polietileno, polipropileno, policloruro de vinilo y el nailon, que se utilizan en la producción de botellas, envases de detergentes, envoltorios de alimentos, tapas de botellas, juguetes, espumas de embalaje, tuberías, ropa y otros textiles. Estos productos son parte de nuestra vida cotidiana y facilitan el modo de vida actual. 
Es muy importante que sepamos que la mayoría de estos productos no son biodegradables y pueden tener un impacto negativo en el medioambiente, ya que pueden tardar cientos o miles de años en descomponerse. Recomiendo ver el documental Plastic Planet que vi hace algunos años en el festival CinemaPlaneta aquí en Cuernavaca.
Desde mi perspectiva el petróleo ha posibilitado el actual modo de vida, pero después de un siglo nos hemos percatado que lo hemos usado sin medir sus posibles impactos en nuestro ambiente y por ende en nuestra propia vida. En la actualidad hay una intensa actividad de investigación sobre el efecto sobre nuestra salud que tienen los microplásticos que se encuentran en nuestros cuerpos.
Estos estudios han motivado a que una parte importante del sector científico enfoque sus esfuerzos hacia el desarrollo de alternativas sustentables a estos productos, como los bioplásticos y los fertilizantes orgánicos. 
Es decir, además de modificar nuestra forma de obtener energía y pasar de los combustibles fósiles a la generación eléctrica con renovables debemos promover la instalación de biorefinerías. 
Las biorefinerías son instalaciones industriales que procesan materiales biológicos renovables, como desechos agrícolas, forestales o residuos orgánicos, para producir una variedad de productos bioquímicos, biocombustibles, materiales y productos químicos renovables. A diferencia de las refinerías de petróleo, que procesan crudo para producir estos productos, las biorefinerías utilizan materias primas renovables de origen biológico. En general pueden utilizar materiales biológicos primarios; pero, en mi opinión, debemos enfocarnos en el uso de materiales biológicos de segundo uso o de desecho y producir biocombustibles (bioetanol, biodiésel, biogás), productos químicos para la industria, materia prima para productos farmacéuticos, etc. Todo esto se puede, actualmente puede ser más caro, pero lo mismo decíamos hace algunos años de la generación fotovoltaica.
No dejo de reconocer que el petróleo ha sido el oro negro para nuestra sociedad, pero también el uso irracional que le hemos dado, no solo ha causado el cambio climático, sino que puede afectar nuestro organismo. Enfatizo, es el uso que le hemos dado no el petróleo en sí mismo.
No quiero ser alarmista, pero podríamos iniciar una fase de salida de los combustibles fósiles y de las refinerías de petróleo y encaminarnos hacia la generación de electricidad con fuentes renovables y al mismo tiempo esforzarnos en el diseño e instalación de biorefinerías. Estas opciones, parecen tener menores impactos ambientales y en nuestros entornos que las tradicionales basadas en el petróleo.
Insisto, debemos pensar en soluciones sociotecnológicas sustentables que consideren las capacidades de las diferentes regiones. Claramente esto implica cerrar la producción de energía como hoy la conocemos y de los materiales que se procesan en las refinerías de petróleo. Estas ideas las sintetizo en una simple frase: “cerrar refinerías e instalar fotovoltaicos”, pero involucran muchas otras sociotécnicas. Las personas que hoy están buscando nuestro apoyo para gobernarnos deberían considerar estos puntos y hacer propuestas para una era postpetróleo. En estos textos de opinión hay algunas posibles propuestas. 



Este artículo fue publicado el día 2 de abril en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 13 de marzo de 2024

Cerrar Refinerías vs Instalar Fotovoltaicas

En los últimos días se ha discutido en el ámbito político sobre el cerrar algunas refinerías de petróleo por ser contaminantes. La ubicación de refinerías de petróleo en las proximidades de zonas urbanas ha sido motivo de creciente preocupación debido a los múltiples impactos negativos que estas instalaciones pueden tener en la salud humana y el medio ambiente. Aunque las refinerías desempeñan un papel crucial en la producción de derivados del petróleo, su coexistencia cercana a las poblaciones plantea una serie de desafíos significativos. Estos efectos abarcan desde la contaminación ambiental hasta riesgos para la salud pública y la calidad de vida de la población humana y animal de sus entornos.
Como antecedente podemos citar que la refinería “18 de Marzo” en la delegación de Azcapotzalco cerró definitivamente en 1991. Esta decisión se tomó debido a la contaminación ambiental que generaba en una zona urbana densamente poblada como la Ciudad de México. El proceso de desmantelamiento de la refinería comenzó en 2002. Si bien es cierto que la refinería se construyó en los primeros años de la década de la expropiación petrolera y modernizada una década después, para la década de 1980 estaba contaminando seriamente la Ciudad de México. En aquel entonces la presión social y los grandes índices de contaminación de la ciudad fueron los argumentos para cerrarla.  El terreno donde se encontraba la refinería se ha transformado en un parque público llamado “Parque Bicentenario”. Sin embargo, hay que mencionar que el proceso de desmantelamiento de la planta y descontaminación de los suelos llevó varios años. Algunos hechos que no se pueden discutir.
En primer lugar, las refinerías son conocidas por emitir una variedad de contaminantes atmosféricos, además de CO2, emiten partículas finas, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. Estos contaminantes pueden tener consecuencias perjudiciales para la población humana en problemas respiratorios y otros trastornos de salud. Además, la exposición crónica a estas emisiones puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, afectando especialmente a grupos vulnerables. Otro aspecto preocupante es el riesgo de accidentes industriales en las refinerías, como fugas de productos químicos peligrosos o explosiones. Estos eventos pueden tener consecuencias catastróficas para las comunidades vecinas, poniendo en peligro la vida de las personas y causando daños irreparables en el suelo y subsuelo. La proximidad de refinerías a áreas densamente pobladas aumenta el potencial impacto de tales accidentes, generando un temor constante entre los residentes locales. También presionan el recurso hídrico de la zona y son generalmente ruidosas.
Tenemos que reconocer que las refinerías de petróleo desempeñaron un papel crucial en la producción de combustibles y productos derivados del petróleo que fueron fundamentales para el funcionamiento de la sociedad actual. Contribuyeron significativamente a la creación de empleo y al crecimiento económico al generar oportunidades laborales y estimular la industria relacionada. Además, proporcionaron una fuente constante de energía para diversas aplicaciones, desde el transporte hasta la generación de electricidad.
Una de los productos de las refinerías son los combustibles que usamos cotidianamente como fuentes de energía. En la actualidad la ciencia ha conducido al desarrollo de las fuentes renovables que son técnicamente factibles y económicamente viables. En particular, las plantas fotovoltaicas, como la de la Central de Abastos de la Ciudad de México, representan una forma más sustentable y limpia de generar electricidad. Su principal ventaja radica en la capacidad de aprovechar la energía solar, una fuente renovable y respetuosa con el medio ambiente. Las plantas fotovoltaicas no emiten gases de efecto invernadero durante su operación, contribuyendo así a la reducción de la huella de carbono y mitigando el cambio climático. 

Imagen generada con inteligencia artificial mediante las frase de ilustrar una refinería y una planta fotovoltaica en los techos en leonardo.ai y luego yuxtapuesta por JAdRP. 

Adicionalmente la generación fotovoltaica puede desarrollarse de manera distribuida y descentralizada. Esta última opción, la descentralizada, significa que la generación de energía ocurre más cerca del punto de uso, reduciendo las pérdidas asociadas con la transmisión a largas distancias. Además, la generación distribuida fotovoltaica fomenta el empleo local, la autonomía energética y permitiendo a la población usuaria tener un mayor control sobre su consumo y costos. De lo más importante es que la generación distribuida fomenta la resiliencia del sistema eléctrico al descentralizar la producción y reducir la vulnerabilidad ante eventos climáticos extremos.
La transición energética hacia un modelo descentralizado con renovables no solo promueve la eficiencia energética y la democratización de la energía, sino que también aborda los desafíos medioambientales, allanando el camino hacia un futuro sustentable.
Desde mi perspectiva, no hay dilema. El cierre de las refinerías es inminente y cuanto más pronto mejor. El acompañamiento de estos cierres de refinerías debe ser acompañado de la promoción de la generación distribuida con renovables en concordancia con las capacidades y necesidades locales. Considero muy importante fomentar la electrificación con renovables de nuestras actividades productivas y cotidianas en los diferentes entornos socio ambientales. Estamos cercanos a la conmemoración de la expropiación petrolera, podemos iniciar este año con la era de las fuentes renovables de energía de manera distribuida en concordancia con las localidades.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 13 de marzo en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 6 de marzo de 2024

Planta solar descentralizada y desapercibida

El pasado mes de febrero una excelente noticia en el sector energético pasó prácticamente inadvertida. La instalación fotovoltaica de la Central de Abastos de la Ciudad de México está funcionando. Este 20 de febrero en una ceremonia se anunció por el gobierno de la Ciudad de México que una planta solar fotovoltaica construida en el interior de una ciudad con una extensión de 21 hectáreas y con una capacidad instalada de 18 MW que podría generar hasta 25 Gwh al año pasa a la CFE. 
Por supuesto esto es una noticia que debe alegrar a la población mexicana. La Ciudad de México se une a las comunidades generadoras de electricidad, y con esta generación fotovoltaica de electricidad se evitarán más de 11 mil toneladas de CO2 y con ello se apunta a la transición energética. Tenemos que reconocer que este loable evento se empaña por la entrega de este sistema a la CFE que a principios de sexenio afirmaba que era mucho más caro producir electricidad con fuentes renovables; en cambio, esta compañía hoy afirma que es una magna obra
Desde mi perspectiva, la política mata argumentación y los gobiernos de la Ciudad de México calladamente impulsaron las fuentes renovables, pero abiertamente apoyaron las políticas retrógradas de mantenimiento de los combustibles fósiles.

Imagen generada con inteligencia artificial mediante la frase "Abstract image of an artificial intelligence planning a intelligent energy network in Sunny day of big bright landscape of Cuernavaca city Mexico showing solar photovoltaic and wind turbines" en leonardo.ai

En mi opinión, esta ambivalencia al apoyar enfáticamente las políticas energéticas federales y callar las acciones de fomento a las renovables no dan confianza a la población informada sobre las acciones con visión sustentable. La verdad no entiendo la necesidad de ensalzar la política propetróleo aunque sea para adquirir bonos políticos  Desde mi perspectiva se puede permanecer en  silencio en el peor de los casos, pero no mentir para obtener favores de los jerarcas.
En fin después de esta manifestación de desconocimiento político de mi parte, déjenme comentar algunos aspectos que impulsan a muchas ciudades a imitar esta acción de generar electricidad de manera renovable y descentralizada.
La generación de electricidad en los techos de las edificaciones tiene ventajas evidentes como la reducción de la energía proveniente de los combustibles fósiles y la consecuente emisión de gases de efecto invernadero. Aunque la inversión inicial es alta a largo plazo los costos son menores, es decir, el valor presente neto de la inversión es más alto que continuar usando la energía de la CFE que se genera con combustibles fósiles. Por esta razón al CFE aceptó la planta, por ser más barata. Los sistemas fotovoltaicos en los techos disminuyen las pérdidas por la transmisión y distribución de la energía generada en centrales. Además, al generar la energía en el sitio las edificaciones pueden volverse independientes energéticamente y con ello los inmuebles aumentan de valor. Es importante mencionar que los sistemas fotovoltaicos requieren un mantenimiento mínimo, actualmente tienen una vida cercana a los treinta años, son modulares y pueden instalarse unos cuantos para posteriormente, con los ahorros, aumentar la capacidad 
Lamentablemente, tenemos que depender de la CFE para que las poblaciones puedan instalar sistemas fotovoltaicos e interconectarlos a la red. Esto hace que debamos solicitar a la CFE una red flexible que pueda adaptarse a la generación variable de las renovables y que tenga una respuesta rápida a los cambios en la generación y en la demanda. La capacidad de la red debe ser suficiente para transmitir la generación renovable y para ello se requiere de reforzar la infraestructura disponible. La CFE debe basar su negocio en la transmisión y distribución más que en la generación e invertir en tener una red verdaderamente inteligente.
En particular, en las ciudades medianas o pequeñas la planificación urbana debe ir acompañada de la disponibilidad energética y considerar en sus reglamentos la instalación de sistemas fotovoltaicos en los edificios públicos, escuelas, industrias, oficinas, pequeños negocios y viviendas. Adicionalmente en la planeación urbana se puede considerar los espacios públicos como parques o paraderos de transporte público para instalar sistemas fotovoltaicos y planear la transición al transporte público eléctrico.
Los aspectos de capacitación de talento son otro de los puntos que se requieren para que las ciudades medianas o pequeñas puedan transitar rápidamente hacia el uso masivo de las renovables. La planeación debe incluir la implementación de microredes inteligentes y la capacitación del talento para que la propia comunidad se involucre en las decisiones de transición hacia las fuentes renovables. Consideremos que es más fácil transitar hacia un suministro energético sustentable en las ciudades pequeñas o medianas convirtiéndolas en líderes en lugar de ir a la saga de las megalópolis.
Recordemos, una buena parte de la república mexicana y de los países de América Latina tienen una amplia disponibilidad de energía solar lo que los convierte en un lugar ideal para la generación de electricidad fotovoltaica.
Con estas frases considero importantísimo que las candidatas a gobernar el estado de Morelos y cualquier otro estado en México o en América Latina incluyan en sus planes de gobierno el impulso a la generación de electricidad descentralizada y distribuida.
La coherencia entre el discurso y las acciones se premia, la planeación y establecimiento de estrategias claras brinda certeza y disminuye las suspicacias.
Las buenas acciones que siguen a los planes y afirmaciones sin claudicar permitirán que la población valore adecuadamente los éxitos.
La población merece la oportunidad de contar con energía diferente a los combustibles fósiles para contender contra el cambio climático, las personas que quieran gobernar deben saber esto e incluirlo en sus planes de gobierno.


Este artículo fue publicado el día 6 de marzo en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 28 de febrero de 2024

Red de transmisión nacional inteligente

El cambio climático es el desafío más urgente de nuestro tiempo. La generación y consumo de energía de los combustibles fósiles son las principales causas de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que transformar nuestro sistema energético es fundamental para asegurar un futuro sustentable. 
Las fuentes renovables representan el pilar fundamental que impulsa la transición hacia una matriz energética sustentable y resiliente. Para potenciar sus bondades e idoneidades es esencial que se utilicen de acuerdo al entorno y uso final, por lo tanto, debe enfatizarse su uso distribuido y descentralizado. Para la descentralización de la generación energía es muy importante contar con una red de transmisión y distribución verdaderamente inteligente. Con anterioridad he abordado este tema de redes inteligentes. Estas redes no solo optimizan la eficiencia en la entrega de energía, sino que también facilitan la integración armoniosa de fuentes renovables.
Las redes inteligentes deben estar dotadas de tecnologías avanzadas de monitoreo, gestión y control. En la actualidad con la disponibilidad de dispositivos conectados a la Internet (IoT) podemos contar con información de calidad en tiempo real y de manera amplia que permita construir los algoritmos para incrementar la eficiencia energética y optimizar la integración de las fuentes renovables. Cuando decimos que es información de calidad y amplia nos referimos a que con los dispositivos actuales podemos saber, por ejemplo, el consumo de un refrigerador en el hogar o de un congelador en un establecimiento o de la energía generada por un sistema fotovoltaico instalado en un casa o edificio. Con esta enorme cantidad de información se pueden diseñar sistemas informáticos detallados que indiquen acciones para que las redes de transmisión o distribución gestionen y controlen el flujo de energía de manera óptima y en concordancia con las necesidades. Estas redes inteligentes deben ser flexibles para adaptarse a la variabilidad de la generación renovable y a la variabilidad de la propia demanda respondiendo rápidamente a los cambios en la generación renovable, como los que se producen debido a las condiciones climáticas o a las demandas intermitentes de los centros de trabajo o industriales. También estas redes deben considerar la integración de tecnologías de almacenamiento aumentando su flexibilidad y resiliencia. Para conseguir estas características es esencial contar con una gran cantidad de información, datos. 

Imagen generada con inteligencia artificial mediante la frase "futuristic image of an artificial intelligence woman planning an intelligent energy network in Sunny day of big bright landscape of Cuernavaca city Mexico showing solar photovoltaic and wind turbines " con leonardo.ai

La semana pasada fue publicado un artículo que señala algunos puntos a considerar en el manejo de la información que se está generando desde los diversos dispositivos y que alimenta a la inteligencia de estas redes de transmisión y distribución. El artículo señala que los medidores inteligentes se han implementado ampliamente en todo el mundo, pero hay un problema que a menudo se pasa por alto y que sigue sin resolver: los datos recopilados de estos dispositivos tienen una resolución temporal relativamente baja. Es decir, la forma en la que se envía la información a la red involucra promedios de la información colectada en tiempo real para evitar gasto en los datos o en el almacenamiento. Esta limitación dificulta la respuesta rápida de la red y limita sus beneficios, aunque los dispositivos midan ese dato con alta resolución, lo transmiten promediado, baja resolución. Digamos miden cada minuto y envían la información promediada cada 10 minutos o cada hora o una vez al día. Este artículo plantea la construcción de un marco para la recopilación, mantenimiento y almacenamiento de datos de medidores de servicios inteligentes para obtener registros de alta resolución mediante la compresión codificda. Propone utilizar métodos de compresión de datos y con ello asegurar su disponibilidad para el análisis detallado y su utilización en el entrenamiento de la inteligencia de las redes. 
Hay dos desafíos importantes en este manejo masivo de datos. Es de suma relevancia garantizar la seguridad de los sistemas que recopilan y transmiten información en tiempo real, tanto sobre la generación renovable como sobre el uso de la energía y proteger la privacidad de los datos de tanto la población consumidora, como de la generadora y la prosumidora (El término prosumidora es una combinación de las palabras productora y consumidora. Una prosumidora es una persona que no solo consume productos o servicios, sino que también participa activamente en su creación, promoción y mejora) que se utilizan para generar información en tiempo real sobre la generación, el uso y el manejo de la energía. 
Como ejemplo quiero mencionar que ya hace algunos años se analizó la necesidad de contar con información más detallada de la velocidad del viento para evaluar acertadamente la factibilidad económica de los aerogeneradores de baja potencia. Las metodologías que usan los promedios de velocidad de viento de 10 minutos, que son adecuadas para los aerogeneradores de alta potencia, castigan las rápidas respuestas de los aerogeneradores de baja capacidad y su mejor desempeño ante las ráfagas y con ello menosprecian su valor económico y ambiental.
Quiero concluir enfatizando que la implementación de fuentes renovables de energía distribuidas y descentralizadas requieren de la construcción de verdaderas redes inteligentes entrenadas con datos en tiempo real tanto de dispositivos como de sistemas generadores disponibles con una granularidad temporal en concordancia con la rapidez de los actuadores (El actuador es un artefacto para dar energía y movimiento a otro dispositivo generando una acción en ese otro dispositivo) disponibles para las redes de transmisión y distribución. Es decir los actuadores reciben una señal y transmiten señales a otros dispositivos para que cambien su comportamiento, digamos dejen pasar energía proveniente de otra región cuando la fuente primaria no es suficiente. Cada día las velocidades de respuesta son mayores y están solamente restringidas por las inductancias de las propias redes que también pueden ser optimizadas. 
Recordemos que en México la red de transmisión y distribución está reservada para la CFE y en este contexto dependemos de sus decisiones para el desarrollo de estas redes. En mi opinión, es urgente contar con un sistema eléctrico nacional inteligente que posibilite su acción con base en información de calidad con granularidad temporal y espacial detallada. En este tema es donde radica la soberanía energética y no en los aspectos de la generación que debe ser distribuida y descentralizada.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 28 de febrero en el periódico la Unión de Morelos