¿Cuánta atención le pones al suelo que pisas cada día? Posiblemente, no mucha. Con un poco de atención descubriremos que aunque el suelo parezca una misma cosa, está constituido por diferentes partes que pueden separarse con facilidad. Aunque lo consideremos algo ordinario, sin el suelo y sus componentes no tendríamos plantas, ni agua para los cultivos. Tampoco tendríamos una base para construir nuestras casas ni las grandes ciudades en el planeta.
Frases célebres:
"Una nación que destruye su suelo se destruye a sí misma". Franklin D. Roosevelt.
"El suelo ama nuestras pisadas pero teme nuestras manos". Joaquín Araújo.
Los suelos son fundamentales para la vida en el planeta. Se forman a partir del desgaste que tienen las rocas a lo largo del tiempo. Hay muchos tipos de rocas, que están compuestas por minerales muy diferentes. Los suelos tendrán, por lo tanto, los minerales típicos que provengan de las rocas que les dieron origen.
Además de los minerales, el suelo está compuesto por materia orgánica, agua y aire. Los científicos los identifican de acuerdo con el tamaño de las partículas que los componen. Según esta clasificación, hay suelos compuestos por arena, limo o arcilla. Comprender las características de cada tipo de suelo nos ayuda a entender las ventajas y desventajas para la vida. Un suelo arenoso, por ejemplo, es muy poroso y no retiene bien las raíces de las plantas. Además, absorbe rápidamente el agua pero también se deseca pronto. Por eso, no es un tipo de suelo conveniente para establecer cultivos.
En esta actividad se podrán separar los componentes del suelo gracias a su capacidad de flotación. Las partículas más pesadas se asientan en el fondo del frasco mientras que la materia orgánica flota en la superficie.
Primaria (1er grado):